Bienvenido a nuestro sitio web dedicado a explorar los muchos versículos y enseñanzas de la Biblia sobre Cactus. Este tema es fundamental en nuestras vidas y queremos ayudarte a comprenderlo mejor.
En este sitio, encontrarás una colección de versículos de la Biblia y escrituras relacionadas que abordan directamente el tema de Cactus, así como numerosos pasajes que profundizan en las complejidades y matices de este tema.
Esperamos que encuentres esta información valiosa e inspiradora mientras te sumerges en el estudio de este importante aspecto de la fe. ¡Acompáñanos en este viaje hacia el conocimiento y la comprensión de la Palabra de Dios!
“Junto al río, en la ribera, a uno otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; su fruto será para comer, su hoja para medicina”
— Ezequiel 47:12
“Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna”
— 1 Corintios 6:12
“Se alegrarán el desierto la soledad; el yermo se gozará florecerá como la rosa”
— Isaías 35:1
“En medio de la calle de la ciudad, a uno otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”
— Apocalipsis 22:2
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
— Juan 14:6
“Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos bojes juntamente”
— Isaías 41:19
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”
— Juan 6:53
“Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas”
— Lucas 6:44
“Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada dulce”
— Santiago 3:12
“Porque con alegría saldréis, con paz seréis vueltos; los montes los collados levantarán canción delante de vosotros, todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso”
— Isaías 55:12
“Oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino”
— Apocalipsis 6:6
“Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, en el tiempo de la prueba se apartan”
— Lucas 8:13
“Pero la que produce espinos abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, su fin es el ser quemada”
— Hebreos 6:8
“Otra parte cayó entre espinos; los espinos crecieron la ahogaron, no dio fruto”
— Marcos 4:7
“Otra parte cayó sobre la piedra; nacida, se secó, porque no tenía humedad”
— Lucas 8:6
“El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo el engaño de las riquezas ahogan la palabra, se hace infructuosa”
— Mateo 13:22
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”
— Mateo 7:16
“Huid, salvad vuestra vida, sed como retama en el desierto”
— Jeremías 48:6
“Recogían malvas entre los arbustosY raíces de enebro para calentarse”
— Job 30:4
“Espinos cardos te producirá, comerás plantas del campo”
— Génesis 3:18
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, no de mal, para daros el fin que esperáis”
— Jeremías 29:11
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
— Filipenses 4:13
“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, se pasará; nada os será imposible”
— Mateo 17:20
“Efraín fue herido, su raíz está seca, no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré lo deseable de su vientre”
— Oseas 9:16
“Será como la retama en el desierto, no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada deshabitada”
— Jeremías 17:6